FUNDACIÓ SUÑOL (Barcelona)
UN MISMO ESPACIO, DIVERSIDAD DE CONTENIDOS PLÁSTICOS
Hasta hace escasos meses, la Fundació Suñol ha ido llenando las inmensas paredes de sus salas de exposición, con diferentes muestras temporales, procedentes de la colección que da título a la Fundación. Pintura, fotografía, grabado, escultura, etc., han configurado muestras como: Exposición 5è Aniversari, Res no s’atura o 27 obres, 18 autors, entre otras, cediendo a su vez parte del espacio expositivo, de forma temporal, a otros autores como: Hannah Collins y su muestra fotográfica: El frágil, Luis Franguella, exposición pictórica o La Tauromaquia de Pablo Picasso, en lo referente al grabado, etc.
Todo ello ha permitido al amante del arte y al visitante ocasional, tener un amplio criterio sobre las pautas de un coleccionista contemporáneo como es Josep Suñol, en comparación con artistas que dentro de la vanguardia actual, tienen percepciones en algunos casos mucho más conceptuales, dentro de la innovación constante que supone siglo XXI.
Como buen coleccionista, Suñol ha sido absolutamente ecléctico. Ha basado la misma en diversidad de intuiciones, sin dejar de lado su propio conocimiento y la profesionalidad del experto, por lo que su colección privada sigue directrices como: nombre, época, calidad y sobre todo preferencias personales. En tales muestras se ha podido observar, su pasión por algunos artistas, especialmente del arte catalán. El más destacado Zush o Evru, sin obviar las vanguardias del siglo XX (Picasso, Dalí, Giacometti, Warhol, etc., ), y también algunas apuestas emergentes, cuya continuación en el mundo del arte actual ha sido más bien nula.
Ciertamente, en las disciplinas artísticas citadas con anterioridad, Suñol ha sabido escoger, si bien algunas de las piezas puedan ser consideradas discutibles aunque en este aspecto, es de suponer que el gusto personal debe haberse impuesto, con respecto al dibujo sigue las características antes citadas, con la gran aportación de una amplia variedad de técnicas y soportes (papel, litografía, cartón, etc.)
Según indica la nota de prensa, el dibujo ocupa más del 30% de la colección, lo cual da a entender su importancia y significación a lo largo del siglo XX, algo que su titular también ha sabido considerar.
El papel y sus derivados ofrecen como nexo común rapidez y espontaneidad, facilidad y bajo costo (relativo, por supuesto), siendo para el ARTE, la base indiscutible para posteriores obras, aunque ésta no sea la razón de la colección.
La muestra Sobre (el) papel, ofrece una riqueza de matices indiscutible, observando, comparando y apreciando la plasmación estética de los distintos artistas que componen la misma, nacionales e internacionales.
La exposición no sigue un hilo conductor definido, sino que ha basado su montaje en el tratamiento dado al soporte (dibujo, grabado, collage, obra gráfica, etc.,) por lo que se entremezclan piezas de los años 70 con las siguientes décadas, y alguna de los años 50 y 40 (principios).
Un impresionante Sin título de José Noguero, realizado en 1991 en carboncillo sobre papel, donde se muestra la figura de un niño empuñando un arma, tiene las connotaciones académicas antes citadas, a las que el dibujante ha sabido dar un trazo vigoroso e intenso, en base a un planteamiento estético audaz y neurálgico. Interesante destacar de esta obra el rostro del niño, su dureza y su mirada penetrante, en claro y transgresor contraste con lo que la infancia nos depara habitualmente.
De Noguero la muestra presenta tres trabajos más en forma de tríptico que el espectador capta como bienvenida. Bajo la denominación Sin título, las obras han sido realizadas utilizando como técnica la fotocopia. En base a la tecnología, el artista ha sabido jugar a la perfección con el contraste de brillos, luces y sombras, partiendo de un dibujo inicial, y desarrollando la amplitud del mismo con la máquina de reproducir.
Alguien puede pensar que se trate de una obra poco creativa, al utilizar un proceso de calco o facsímil. No obstante, esa idea debe ser descartada, ya que la pieza antes citada demuestra la imaginación del artista, que ha optado por experimentar con otros procesos.
La obra de Luis Gordillo: Espacios Tortilla, ofrece un singular puzle de piezas, objetos, figuras y geometrías aunados de forma absolutamente anárquica y disparatada, más que abstracta, que gracias a la agilidad y vehemencia de Gordillo, traspasa los límites del lienzo, entremezclando el trazo veloz del lápiz, con la composición del collage, lo cual hace que el espectador se detenga irremediablemente para observar lo grotesco e irónico de la obra. Una obra sin duda innovadora, y más a mediados de los años 70 del pasado siglo.
Guillermo Pérez Villalta, ofrece con sus Sin Título, estudios preparatorios, en formato viñetas. Dibujos densos y abigarrados, plagados de detalles, realizados en 1975 en tinta china sobre papel – una técnica compleja por el material empleado – que da como resultado una pieza de paisaje urbano, popular y costumbrista.
Manuel Miralles con su obra Poulpe y Modest Cuixart con Taurus (1971 y 1957 respectivamente), presentan muy particulares visiones de monstruosos animales. Seres deformes, gracias a la abstracción, y como resultado de singulares técnicas empleadas: gouche y tinta china sobre papel, Miralles y frottage sobre de cartón de Cuixart.
Por supuesto, no falta un Antoni Tapies de 1985 y 86, en los que utilizó técnica mixta sobre cartón y pintura y barniz sobre papel de estraza, como tampoco una litografía de George Braque de 1981: Le canard ni un collage sobre chapa de Pablo Picasso: Busto de mujer con blusa amarilla de 1943, al igual que dibujos preparatorios para la película Les Mystères surréalistes de New York, que nunca se llegó a rodar, y para el que Salvador Dalí realizó algunos esbozos, el collage escultórico de Chillida, así como una representación del boceto por excelencia, gracias a Christo y su Wrapped monument to Cristobal Colón de 1976. Realizado en técnica mixta sobre cartón, el artista presenta la estatua de Colon en Barcelona, completamente envuelta, creando una obra sobre el monumento, tomando como fondo un escenario del puerto de Barcelona, con sus grúas para los containers.
De Eduardo Arroyo, la exposición presenta su obra Servicio Secreto, un collage y dibujo sobre papel de 1990, donde un rostro simple y anodino, realizado en base a formas geométricas, con dominio de la circunferencia, como si de un dibujo infantil se tratase, destaca sobre un ingenioso y artificioso fondo de códigos y frases en clave, notas, fechas, es decir, fichas policiales, en el que el dibujante expresa con singular ironía, el hecho más que factible, que cualquier desconocido de rostro amable y bonachón, puede ser en realidad un espía de nuestras actividades, de las que toma cuidadosa nota.
Finalmente Antonio Abad y su obra Esclava que imprime una atmosfera posesiva y obsesiva, debida a la sensación de agobio y encierro que presenta, y Tomás Gómez y su rostro, más parecido a una burlesca máscara de carnaval veneciano, de expresión taciturna, creada a partir de una mezcla de polvo de mármol y tinta, de la que resulta una pasta que da relieve a la obra.
Una pieza de gran formato, que impacta al visitante tanto por su técnica como por el extraño poder de atracción que ejerce.
Sin lugar a dudas, la colección Suñol de dibujo, al igual que el resto de las obras que hasta la fecha han sido expuestas, es un claro paseo por la historia del arte contemporáneo, a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Sin obviar su faceta expositiva, el visitante puede también tener un amplio abanico de conocimientos didácticos de técnicas, estilos, conceptos y composiciones que los artistas de buena parte del siglo XX, utilizaron y plasmaron en un soporte como el papel.
SUSANA SOLANO
Exposición VOL RASANT: LA PERSPECTIVA DE LOS OBJETOS
Uno de los hitos del ser humano, ha sido siempre contemplar el mundo desde las alturas, conquistar el cielo para dominar y contemplar la tierra. De hecho incluso el diablo se permitió tentar a Jesucristo durante su travesía en el desierto, con esta visión: et dixit illi haec tibi omnia dabo si cadens adoraveris me" — "Y le dijo: Todo esto te daré si te postras y me adoras
Cuando subimos a un edificio alto y observamos su paisaje desde una perspectiva de horizontalidad, este se nos ofrece en ocasiones distorsionado y terriblemente abstracto, con independencia de la altura desde la que lo vislumbremos. Formas imprecisas e indefinidas se abren a nuestros ojos, dando lugar a un lenguaje visual único.
Susana Solano (Barcelona, 1946), licenciada en Bellas Artes por la Universidad de la ciudad condal, donde también impartió clases, exhibe en la primera planta de la Fundació Suñol, buena parte de sus esculturas, realizados entre principios de los años 90 y hasta prácticamente la primera década del actual siglo, bajo el título de Vol rasant (Vuelo rasante).
Un complejo y heterodoxo mundo de piezas realizados en los más diversos materiales: acero, aluminio, mallas metálicas, obtenidos en parte gracias a los enormes avances de la industria en este aspecto, que proporcionan nuevas bases y soportes para el arte. Sin embargo, otros elementos más “clásicos”, también forman parte de las obras presentadas: PVC, el vidrio, el cordel, el esparto, etc.
El hecho de que la mayoría de sus trabajos tengan el suelo como soporte, permite al espectador crear la sensación de altura visual, que parte desde un nivel equilibrado, para comprender el especial simbolismo de las formas, en una abstracción plagada de anarquía, de extrañas connotaciones, que a “vuelo rasante”, implican rapidez y a su vez declive ángulo, caída o inclinación.
La nota de prensa informa sobre la pretensión de Solano con esta exposición: interrogantes con respecto al ser humano y su habitad. Es evidente que la escultora expone un planteamiento crítico con respecto al uso y presión que en estos momentos ejerce la humanidad sobre la Naturaleza, distorsionando y destruyendo espacios, donde la desolación es palpable. Piezas de frío metal de geometría cuadrada: (Once-diecinueve-quince), conviven en forzada armonía con otras mucho más toscas no en su concepción ni resultado, sino en la visión rasante y a vista de pájaro que la contemplación produce: Kapokier o D. José I.
La licencia y libertad artísticas, permiten en esta exposición que los títulos de sus singulares esculturas, pueden parecer chocantes e inconexos con la obra presentada. Lo oculto y Baalbeck II, dos piezas en acero inoxidable muestran al visitante la habilidad de la escultora tanto para implicar al espectador en la contemplación de su obra, como en el análisis de la misma a través de sus definiciones. Piezas extrañamente atractivas y sugerentes de significado indefinido y de provocación intelectual.
Solano ha participado en certámenes internacionales como la documenta de Kassel 8 y IX (1987 y 1992), la XIX Bienal de São Paulo (1987), el Skulptur Projekte en Münster (1987), la Bienal de Venecia (1988 y 1993) y la Carnegie Internacional de Pittsburgh (1988).
Fue galardonada con el Special Prize, otorgado por el Utsukushi-Ga-Hara Open-Air Museum, enTokio (1985), y con el Premio Nacional de las Artes Plásticas del Ministerio de Cultura de España (1988).
En diferentes ocasiones, ha colaborado con arquitectos para proyectos de exterior: José Acebillo, Ignacio Linazasoro, Hans Hollein, Ignasi Sánchez Domènech, etc.,
Una muestra de gran nivel y desarrollo técnico, que obliga al espectador a no quedar impertérrito ante la visión de unos trabajos poco comunes, que inciden a cuestionarse la consciencia del ser humano con respecto a la imposición de sus criterios en su habitad, algo que éste parece no admitir.
NIVELL ZERO, ACTE 29 – INSTALACIÓN
MARTÍ ANSON:
UNA VISIÓN ARQUITECTÓNICA POCO EDIFICANTE
Las instalaciones artísticas, tienen como trama argumental de su existencia, lo efímero, lo perecedero, la temporalidad, y por lo tanto la imagen que producen en el espectador ha de quedar retenida en la memoria, independientemente de imágenes gráficas a través de la fotografía, que como tales, pueden ejercer de documento gráfico, aunque en relación con la instalación, su perfil pueda parecer frío y distante.
Siendo la provisionalidad esencia de la instalación, ésta debe proporcionar una razón de ser concreta y definida, sin elucubraciones ni virajes extravagantes, para que el espectador pueda identificar la eventualidad de la misma con un proyecto elaborado conciso y concreto, adaptado al especial carácter de esta forma de expresión artística.
Martí Ansón con su: Pabellón catalán, arquitecto anónimo, que desde el 25 de abril y hasta el próximo 6 de septiembre presenta dentro del ciclo de instalaciones de la Fundació Suñol, en el llamado Nivell Zero, ofrece una obra de construcción en madera, un armazón de casa sin paredes, donde el espectador sólo puede observar un interior semi-vacío, y con apenas muebles.
Una “obra de arte”, que no es más que la exhibición de una pieza que cualquier firma especializada en casas pre-fabricadas puede presentar en un certamen o feria de construcción. De hecho, el Auca del Pavelló Català, que se ofrece junto al programa de mano, dentro de un talante excesivamente politizado y de connotaciones soberanistas, (algo que una fundación dedicada al arte debería haber cuidado más), es explícita en ello, ya que se menciona que fue presentada en la Feria de París y de Tokio.
El singular “instalador”, disfraza lo que es una propuesta de innovación en la construcción de edificaciones, y la presenta como un homenaje a su padre – según indica el programa de mano - quien durante su juventud proyectó la construcción de una casa de descanso, a bajo coste, y con el mínimo de materiales necesarios.
Su planteamiento estético y resultado final, nada tienen que ver con una instalación de arte, ya que tal proyecto, pertenece más a la industria que a la creatividad artística, algo que el espectador capta en fracciones de segundos al contemplar la instalación.
El armazón de la casa está situada en el patio de la Fundació, mientras que en el Nivell Zero se presentan maderas por el suelo, y unas sillas para la visualizar la proyección de un film de Buster Keaton en la que ejerce precisamente de vendedor de diminutas casas, constando en una de las paredes de la sala la información correspondiente a la instalación, que visto su planteamiento, tiene que ver más con la propaganda de venta de casas pre-fabricadas, que con el arte.
Si la instalación es inconsistente desde el punto de vista artístico, lo que resulta absolutamente incongruente es el programa de mano que acompaña a la misma.
El crítico, comisario independiente de exposiciones y blogger Frederic Montornés (Sitges, 1963), se dedica a informar de las actividades del progenitor del “instalador”, resaltar las distintas instalaciones o performances que Martí Ansón, licenciado en Bellas Artes (no podría ser de otro modo) ha realizado a lo largo de su trayectoria, y de la mención de las actividades que en base a esta afortunadamente temporal instalación, se han llevado a cabo de lo largo de estos meses.
En realidad, no se puede decir más, ya que este “proyecto artístico” no aporta absolutamente nada. Y cuando no hay nada que describir o comentar, se informa de lo evidente, como si el espectador no tuviera criterio, y Frederic Montornés tuviera que “adoctrinarle”, aprovechando la ocasión de poder informar de su pedigrí de crítico, ante la total certeza de FALTA DE SIGNIFICADO DE LA INSTALACIÓN, NI MENSAJE O CONTENIDO DE LA MISMA.
Es simplemente LA EXHIBICIÓN DE UNA CASA PRE-FABRIFCADA. No hay más que decir.
Reconoce esta crítico de provincias su sorpresa ante algunas de las decisiones de la dirección artística de la Fundació Suñol, de atender a propuestas, sean instalaciones, sean exposiciones, (recuerdo con absoluto desagrado y desconcierto, por decirlo en un tono suave, la muestra de Joan Rom ERT de finales del año pasado)más que discutibles, que sin lugar a dudas son percibidas como tales por parte del equipo artístico.
Bien es cierto que a veces es necesario claudicar ante presiones o compromisos, o que incluso encontrar artistas de calidad para exponer pueda resultar complejo, pero decir NO es, en ocasiones absolutamente necesario, y mejor acudir a un@cread@rde una instalación anterior, o de la colección Suñol, que acceder a manifestaciones artísticas, de nivel y calidad dudosos, por muy artistas emergentes que sean.
Es de esperar que este Acto 29, pase rápidamente al olvido, para dejar paso a otras instalaciones más elaboradas, de las cuales esta Institución ha ofrecido argumentos atractivos y osados, en base a originalidad en los planteamientos, con la finalidad que pueda apreciarse en profundidad, el espíritu creativo.
FUNDACIÓ SUÑOL
Passeig de Gràcia, 98
Barcelona