DOLORS JUNYENT, Galeria d’Art (Barcelona)
DESCUBRIENDO A JOAN MIRÓ
Al amigo y desconocido lector, tal vez el título dado al artículo pueda parecerle un tanto fuera de lugar, ya que a estas alturas de la película, una crítico de provincias como la que suscribe estas líneas, mencione el hecho de descubrir a Joan Miró, un ARTISTA del que son reconocidas sus aportaciones al mundo de arte contemporáneo, y a la historia del mismo, pueda resultar un tanto exagerado e incluso fuera de lugar.
Sin embargo, una producción tan extensa y diversa como la de Miró, puede deparar curiosas sorpresas, al margen de lo más “convencional” o conocido de su obra, gracias a la labor de galeristas que en el afán de ofrecer producto y calidad a compradores y coleccionistas, buscan presentar la novedad o lo desconocido.
Tal es el caso de una de las más prestigiosas galerías de la ciudad condal, Dolors Junyent, que presenta hasta mediados del mes de marzo, una interesante colección de grabados y litografías de Joan Miró.
Una muestra escogida y selecta, centrada principalmente en los años 70 del siglo XX, concretamente entre 1975 y 1978, con algunas piezas del 69, y tres piezas muy singulares de distintas décadas: 1953, 1964 y 1970.
Obviamente, la obra de este artista no puede encuadrarse en ninguna de las grandes tendencias o movimientos de vanguardia histórica, aunque es de señalar que sus contactos con Bretón y los surrealistas a partir de 1924, fueron decisivos para que Miró encontrase un sistema pictórico personal que maduró en 1940.
Y es importante hacer mención de este hecho, porque si bien Miró nunca pintó sueños, ni tampoco practicó las diversas variantes de escritura automática de los surrealistas, si creó un mundo onírico, plagado de constelaciones, símbolos e ideogramas, de forma natural, casi sin proponérselo.
Una constante en su obra y de la que la muestra de la Dolors Junyent es un buen ejemplo son la mujer, la estrella, el espacio y el sexo femenino. La obra gráfica que exhibe la galería desborda los límites del papel, que en realidad es un fragmento creado por el pintor, con naturaleza y reglas propias.
Esta muestra de grabados y litografías, se caracterizan por la utilización en abundancia del negro y la despreocupación en la aplicación del color sobre la plancha, lo cual da lugar a goteos y salpicaduras constantes.
Se observa una sencillez compositiva, trazo seguro colores esencialmente primarios. Una temática ya mencionada a la que también añade la combinación de la fuerza misteriosa de la naturaleza con figuras emblemáticas, la energía de las cuales se concentra en el poder de la visión, expresado en el protagonismo del ojo. Los planos de color tímbrico y homogéneo alternan con los goteos y los gestos rápidos de perfecta armonía.
Son todas las piezas de esta muestra un claro ejemplo del universo mironiano ya descrito. No obstante, ese "descubrimiento" al que hace referencia el título, corresponde a un pastel, guache y aguafuerte, titulada Maqueta BARB I, en la que ese personalísimo vocabulario de signos mironianos, envuelve el color en una singular red de goteos, integrándose ambos en la textura del soporte.
Una inusual litografía con fondo negro: Le delire de couturier bleu, rouge et vert de 1969, nos presenta a un Miró más trágico, de mirada más crítica, donde con su lenguaje propio, y con ese fondo tan poco habitual, presenta trazos blancos gruesos, ejecutados de forma rotunda, perfilando las figuras y acotando simbolismos, siendo el ojo y la mirada los principales focos de atención temática de la pieza.
Y por supuesto, no pueden dejarse de mencionar las tres obras de 1953, 1964 y 1970 como forma de ver y comparar la evolución del artista a partir de una fecha concreta, y en contraste con el resto de grabados y litografías de los años 70:
De izquierda a derecha: “L’enfant d’Ubu” - 1953 - acuarela y eras sobre papel, de 32,5 x 50 cm “Exposición Consell de Cent”- 1964, ceras sobre cartulina - 31 x 44 cm y por último: “Sin título” - 1970 - Ceras sobre cartulina – que tiene por medidas 49 x 37,5 cm.
En conjunto una muestra para seguir apreciando, valorando y reconociendo a Joan Miró, como creador incansable, y si bien quien firma esta crítica reconoce que no es uno de sus artistas con más predilección, qué duda cabe que pocos pintores del siglo XX han logrado el nivel de singularidad que se reconoce en él y que su firmamento temático y simbólico, al igual que su caligrafía, son tan inconfundibles como personales y a la vez universales.
Más información:
DOLORS JUNYENT, Galeria d’art
C/ Aragó, 268
Barcelona
Marta Teixidó
Crítico de Arte
Cuadros de una Exposición.