CAIXAFORUM BARCELONA
COLECCIÓN “LA CAIXA” ARTE CONTEMPORÁNEO Y COMISART
UN PLACER PARA NO DEGUSTAR
Pensará, y con razón, el amigo y desconocido lector de esta web, en la contradicción que supone el subtítulo de esta crítica. Pero el mismo ha surgido gracias a la inspiración de la objeción de las musas, que parece ser que a fecha de hoy, están de lo más osado e impulsivas, por lo tanto, poco receptivas al racional, cual valquirias cabalgando a lomo de briosos corceles.
Y es que esta crítico de provincias no lo puede evitar; las exposiciones de la colección “La Caixa” de arte contemporáneo, le hacen experimentar sensaciones de lo más enervante: subir la bidilubina, la presión arterial, la arritmia cardiaca, y un largo etc., todo ello por la ignominia que supone su exhibición, y tal vez, poco respeto al respetable (que en gran mayoría pasa olímpicamente de visitar este tipo de muestras) por parte de “La Caixa”, y de algunos “artistas y creadores emergentes”, que como el cuento de Hans Christian Andersen, nos quieren hacer ver el boato de un emperador, cuando la realidad es que se pasea como Dios lo trajo al mundo, conclusión esta que ha sido manifestada en diversos artículos referentes a esta colección, y que para memoria e información al lector, incluyo los enlaces correspondientes.
http://www.cuadrosdeunaexposicion.com/cr%C3%ADticas-a%C3%B1o-2013/cr%C3%ADticas-diciembre-2013-6/
http://www.cuadrosdeunaexposicion.com/criticas-a%C3%B1o-2014/cr%C3%ADticas-abril-2014-4/
Hasta mediados de este mes de febrero, algunas piezas de la colección se exhibieron en la muestra “Tres narrativas – Participación: Memoria y Lenguaje”
Según el poeta, ensayista, crítico y director de Museos Enrique Juncosa, comisario de la muestra (sólo le falta ser subdirector general de… o ministro) : “Este ciclo expositivo se ha concebido como una posibilidad” de plantear narraciones diversas de la historia del arte reciente, que se resisten a ser interpretadas como un relato único. (…) Participación la primera de estas exposiciones, recorre el paradigma teórico de la “estética racional” que indaga la capacidad de ciertas obras para crear vínculos entre la obra y el espectador, con la finalidad de instituir espacios de encuentro.
¿Qué inter-relación espectador-obra puede existir cuando para contemplar uno de los trabajos exhibidos puede leerse en una placa: “Se ruega no tocar. Peligro de quemaduras. No mirar directamente a la luz”?. Además de la advertencia, el título del video-instalación no tiene pérdida: Tu posición rodeada y tu entorno posicionado. Autor: Olafur Eliassen
¿Cuál puede ser la conexión entre el visitante y una obra que lleva por título: La izquierda es correcta y la derecha incorrecta; y la izquierda es incorrecta y la derecha es correcta, cuyo autor es un tal Douglas Gordon, (¡¡¡sin lugar a dudas el artista se ha devanado lo seseos!!!) cuando otra advertencia para la salud del espectador se hace patente con el siguiente texto, también en una placa: Recordamos a las personas que padezcan epilepsia fotogénica no entren en la sala de proyección”. Pregunta: ¿CÓMO DIABLOS PUEDE APRECIAR (O DESPRECIAR) TODO VISITANTE EL TRABAJO EXPUESTO?
¿Es que contemplar arte puede perjudicar la salud? Ante obras y exposiciones de este tipo, la salud mental del visitante, Sí, tiene la posibilidad de poder resentirse.
La triste y cruda realidad es que este tipo de exposiciones, sólo pueden tomarse a guasa, porque no hay mejor actitud que esta para contemplar la obra de Susy Gómez: Mientras las manos llueven (ni a los surrealistas se les hubiera ocurrido un título semejante), donde: una cortina de hierro galvanizado se abre a manera de telón para disolver los límites entre el espacio de la representación y el público (sic programa de mano). ¿Verdaderamente el espectador que contempla la pieza puede pensar que eso es un telón de teatro? Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Y para terminar con estas baratijas artísticas, otra “pieza” que no tiene desperdicio por la socarronería que conlleva: Mujeres de zapatos de plataforma de Ana Laura Aláez, y de la que el programa de mano menciona lo siguiente: Un público que es tentado a convertirse en “actor” en ocupar de forma imaginaria el espacio de los cuerpos ausentes que parece convocar la instalación.
Distinguido señor comisario de Tres narrativas – Participación: Memoria y Lenguaje”: La inteligencia del personal que contempla esta singular instalación es unas pelucas muy coloridas colgadas del techo y unos zapatos de plataforma muy atrevidos, que podrían formar parte de un escaparate. Y el resto es simplemente NADA. La inter-relación intelectual entre artista-obra y espectador sólo puede llevar a la burla de este último por el “arte” que contempla.
No obstante lo citado, unas dosis de benevolencia nunca vienen mal; si hay una pieza que me llamó poderosamente la atención, por su misterio, su concepción, su planteamiento estético y el magnetismo y belleza hipnótica que la obra emite: Petitede Dominique González Foerster, y que Juncosa en el programa de mano describe a la perfección, y con la que quien suscribe este artículo está totalmente de acuerdo: …En el enigmático ambiente general en Petite congela una narración en un punto indeterminado que hemos de contemplar y que incita a indagar una historia extraña incompleta e inquietante…
En conclusión, quien suscribe estas líneas, visitante habitual del Caixaforum, nunca resistirá la tentación de contemplar las “master works” (obras de arte – que en inglés suena más fisno) de esta singular colección, no exenta de patetismo, y con abuso de esnobismo. La lógica, ante lo expresado en el primer párrafo de esta crítica, aconsejaría no caer en ella y apartarse de infamia y atrevimiento semejante, al resentirse mi intelecto y estado emocional. No obstante, la medicina está muy avanzada, y de forma imprescindible, se hará acopio de la correspondiente medicación.
COMISART
NUEVAS MIRADAS SOBRE LA COLECCIÓN LA CAIXA
CONTRATIEMPOS
Si bien el anterior artículo puede considerarse implacable, esta crítico de provincias, que en absoluto está en contra de propuestas arriesgadas, innovadoras, transgresoras, pero que contengan ARTE, no un sucedáneo para contentar a una minoría, se hace necesario destacar una muestra, dentro del ciclo COMISART, muy lograda, de interesante planteamiento, que invita a la reflexión y el análisis: CONTRATIEMPOS, que tuvo lugar entre los meses de mayo y agosto de 2014.
Una exposición en la que, tal como indica la nota de prensa: el joven comisario Sabel Gavaldon (Barcelona, 1985) se interroga sobre el control del tiempo en la sociedad actual y presenta el trabajo de artistas que reflexionan sobre el uso del tiempo mediante distintas alternativas, ya sean utopías creativas o denuncias de los mecanismos que condicionan la libertad de las personas.
Que una persona tan joven, se cuestione el tiempo, el transcurrir de horas y días hasta llegar a los años, hace pensar en dudas existenciales, y en como el ser humano, invadido por las nuevas tecnologías, pierde su capacidad de disfrutar del silencio y de la lentitud, necesaria esta para poder vencer a la vorágine, descontroladamente controlada
La nota de prensa define de forma muy precisa la intención que tuvo esta exposición:
La industria impuso su dictadura de la puntualidad mediante relojes y cronómetros, sirenas y fichas de control, alarmas y sanciones, cuotas de producción y comparativas de eficiencia. Hoy hemos interiorizado los dispositivos de vigilancia que un día pertenecieron a la dirección de la fábrica. Jugando de forma calculada con las expectativas de los espectadores y alterando nuestra experiencia del tiempo y su duración, los artistas incluidos en esta exposición desafían la organización del tiempo productivo, a la vez que reflejan el impacto de la disciplina laboral en la subjetividad contemporánea.
El Tiempo no se puede tocar, ni comprender ni agarrar. Se puede definir sólo en función de la historia, de lo que ocurrió en el pasado, aunque ese pasado fuera hace sólo un segundo. El Tiempo: en su forma más sencilla es simplemente un método para medir la distancia entre el nacimiento y la muerte, dado que este intervalo que conocemos como «vida» es el único periodo en que se puede calcular el tiempo conscientemente: si existes, el tiempo existe. Si no existes, el tiempo no existe. El Tiempo no se puede detener. En el mejor de los casos sólo se puede percibir.
Y estas percepciones, en tiempo, en control de vida y tiempo de muerte, éste último sólo percibido a nivel de subsistencia vital, han sido perfectamente captadas por el conjunto de obras que se exhiben:
Esther Ferrer, Edward Ruscha y Michael Snow, junto a creaciones de la última década de Montserrat Soto, Ignacio Uriarte, Tobias Rehberger y Dora García, así como obras cedidas expresamente para esta muestra de Martí Anson, Ioana Nemes y Fito Conesa.
El tiempo de espera en una sala en cuestiones legales, de salud u otras que impliquen la intercesión de terceras personas, ha sido austeramente definido por Martí Ansón y su instalación: Sala de espera, realizada en 2002. Montserrat Soto adentró a los visitantes de una instalación inmersiva que reúne 27 impresiones fotográficas montadas en unos bastidores que forman una estructura en zigzag por donde transitan los espectadores. Las fotografías reproducen pasillos vacíos con una vertiginosa perspectiva, modificada digitalmente para alterar la experiencia espacial de quienes las contemplan.
Sin nombre, fechada en 1996 muestra una experiencia singular, y en la que muchas ocasiones podemos encontrarnos, al dirigirnos a un espacio desconocido – especialmente en los bloques de pisos – donde primas estructuras anodinas, idénticas en cuanto a elementos arquitectónicos, produciendo la sensación de “stand by”.
Esther Ferrer, es quizá la artista que más ha identificado el paso del tiempo con el envejecimiento de la persona, siendo ella misma modelo a través de la obra El libro de las cabezas. Autorretrato en el tiempo (versión 2004), 1981-2004. Fotografías en blanco y negro, gelatina de bromuro de plata, en las que, al igual el inexorable avance de Cronos se imprime en su rostro, como muestra de todos los cambios físicos que experimenta el ser humano a lo largo de su vida.
Fito Conesa y su Waiting Time / Wasting Time [Tiempo de espera
/ Tiempo perdido], 2009 Instalación de vídeo digital en bucle, muestra la versión del tiempo más digitalizada, más fría y distante e impersonal, al reunir en tres proyecciones de vídeo que muestran los contadores electrónicos de máquinas para coger turno, como las que regulan el flujo de usuarios que hacen cola en estaciones, hospitales y otros organismos oficiales.
El resto de instalaciones, que formaron el conjunto de Contratiempos, si bien no se hace mención individual, si merecen un reconocimiento por su filosofía temática con respecto al tiempo, su planteamiento estético y la forma de captar la atención del espectador.
Dentro de Comisart, una interesante muestra; una excepción de montaje y selección de piezas que sabemos de positivo que no constituirá ninguna regla.
CAIXAFORUM BARCELONA
Avda. de Francesc Ferrer i Guardia, 6-8
Barcelona
Marta Teixidó
Crítico de Arte
Cuadros de una Exposición.
AMICS DEL CASTELL DE SAN FERRAN (Figueres – Girona)
Colectiva: ARTISTES DE PORTBOU
La entidad inicia un ciclo de exposiciones colectivas, con la finalidad de dar a conocer la producción artística de distintas poblaciones de la comarca del Alto Ampurdán.
Los pintores de Port-Bou han iniciado el ciclo, con una muestra de vistas de su paisaje urbano y natural, centrándose especialmente en su hermosa bahía, en un contexto esencialmente academicista.
Anna NADA, Benet NADAL, Caterina MORA, Consol BUXEDA, Cristina ESPELT, Ida VERDEL, Isidre GUBERT, Joan GUBERT, Julia ROCA, Manuel MARIN, Mari SOLA, Mario MALLOL, Martina BARDE, Meri MORA, Miquel COMAS, Gemma ROMERO GODAY, Rosa PIFERRER, Xavier PUNTI son los artistas que hasta el próximo 21 de febrero expondrán su obra dentro de esta colectiva.
ASSOCIACIÓ AMICS DEL CASTELL DE SANT FERRAN
Apartat de correus 182
FIGUERES (Girona)
www.amicscastellsantferran.org